En 1979, en plena dictadura militar, en Argentina aparece "El mundo feliz de Sarah Kay" conformado por dibujos que la editorial Atlántida empieza a utilizar para ornamentar sus productos. La doctora Paula Calvo, investigadora del CONICET, analiza ilustraciones de Sarah Kay para reflexionar sobre las marcas que dejaron esos dibujos en la femineidad y sobre lo que ella piensa que fue el logro máximo: suavizar a las niñas, orientar la mirada, modelar sensibilidades.
La doctora Paula Calvo, quien trabaja en la unidad en red Investigaciones Socio-históricas Regionales (ISHIR CONICET-UNR) explica que en el año 1979, en tiempos de censura donde no había libertad de expresión las revistas Para Tí, Gente, Billiken y diversidad de productos de papelería para nenas y adolescentes empezaron a mostrar una serie de ilustraciones donde niños y niñas jugaban en contextos austeros y difusos, donde tenían que trabajar (limpiar, coser, cocinar, lavar, servir al otro) pero ante esa adversidad lo más importante era que afloraba el amor, la amistad y la felicidad. Eran 140 dibujos firmados con la marca "Sarah Kay" despojados de toda palabra realizados por la ilustradora australiana Vivien Kubbos, que tuvo una amplia distribución en todo el mundo occidental durante la década de 1970.
Sarah Kay es una ilustradora australiana que en algunos estudios de arte empezó a hacer dibujos basada en lo que imaginaba como el mundo que quería para sus hijos Adam y Allison, un mundo simple y feliz con su perro Plip y tres gatos.
Estas ilustraciones se publicaron y prontamente se convirtieron en cromos, dibujos, papelería y afiches. Los primeros libros se imprimieron en 1980 en Ediciones Hemma (Bélgica), es por eso que mucha gente cree que es belga, y The Valentine Publishing Company (Australia) y alcanzaron el éxito casi inmediatamente extendiendo a diferentes artículos como papeles de carta, papel de regalo, calendarios, cromos, cuadernos, lápices, etc. para llegar a un gran despliegue de artículos de "merchandising".
Ella siempre tomó su carrera con mucha modestia es por eso que nunca dio entrevistas ni aparece en ningún tipo de publicidad, por lo que la información acerca de ella es muy escasa. Hoy en día las ilustraciones de Sarah Kay están siendo convertidas en esculturas de la mano del artista Ulrich Bernardi.
Texto tomado de las siguientes páginas: "Las marcas del mundo feliz de Sarah Kay"; "Sarah Kay gran ilustradora".
Y también puede aparecer una veleta con una niña o un niño, estilo Sarah Kay, regando flores.


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